Pues ya hemos llegado al final
del primer día y todo ha salido como estaba previsto. Comenzó el viaje en la
estación de tren de Alfaro, a las 8 y
22 de la mañana. A las once menos diez estábamos
en la estación Puerta de Atocha. Antes de desplazarnos al aeropuerto de
Barajas, aún nos dio tiempo para ver el jardín botánico de la estación y dar
una vuelta por los alrededores, junto al Ministerio de Agricultura.
Luego nos montamos en el metro y
llegamos a la T2 del aeropuerto de Madrid-Barajas. Los trámites de facturación,
control de seguridad y embarque transcurrieron con agilidad y sin dificultad y
fuimos nosotros los primeros en embarcar en el avión Airbus 300, enorme, que se
llenó llevando más de 300 pasajeros. Las caras de algunos niños reflejaban el
nerviosismo y la expectación propios de montar por primera vez en un avión.
El viaje transcurrió con
normalidad, tranquilo, sin movimientos bruscos. En el avión comimos los
bocadillos preparados por las mamás y, tras dos horas y 20 minutos, llegamos al
aeropuerto de los Rodeos, que está en el norte de la isla. La temperatura nos ha sorprendido. Hace mucho
calor, un calor pegajoso, consecuencia de la calima que estos días anda por la
isla.
Una guagua (en Canarias a los
autobuses los llaman guaguas) nos estaba esperando y nos trasladó al hotel en
Puerto de la Cruz. En los 20 minutos que duró el trayecto nos dimos cuenta de que la isla es montañosa, que hay muchas casas por las laderas y que, además de platanos, también hay viñas. A ambos lados de la carretera contemplamos varias viñas y varias plataneras. La silueta del Teide dominaba majestuoso todo nuestro camino, aunque la calima no lo dejaba ver con claridad.
Tras instalarnos en las
habitaciones vino a buscarnos Ramón, el maestro del Colegio “Infanta Elena” de
la Orotava y nos hizo una visita por los lugares más típicos del centro de
Puerto de la Cruz: plaza del Charco, el pequeño puerto, la plaza de Europa y el
Ayuntamiento, el castillo, etc. Luego ha habido media hora de tiempo libre para
ver un rato al “Barsa” en una terraza de la Plaza del Charco o para comprar un
helado y jugar.
A las 9 de la noche estábamos de
vuelta en el hotel para cenar. El comedor es autoservicio y había platos
variados, tanto de carne como de pescado y huevos, además de ensaladas y alguna
sopa. Todos han comido bastante bien, aunque lo que más les ha gustado y han repetido
es el helado de postre. La cena ha estado amenizada por la orquesta que tocaba
en el salón contiguo al comedor y en el que había baile para los turistas del
hotel.
A estas horas, hace rato que los niños
y niñas de Fitero están en la cama, descansando. Mañana vamos al sur de la isla
a un parque acuático que dicen que tiene muy buena pinta. Veremos como se da el
día. Yo espero que muy bien. Por este medio tendréis información del día. Hasta
mañana.
Os dejo el enlace de las fotos de hoy. Haciendo clic en él podréis verlas.
https://plus.google.com/photos/116763873773255703094/albums/5870175967308821329
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